1. Por la medida derecha de…
¿Sabías que el adjetivo derecho / derecha se aplicaba, desde la edad media, a la medida afielada y también a la que se tomaba como patrón? El fiel medidor o almotacén verificaba el que las medidas midieran regladamente y, en caso contrario, multaba. Prueba de ello es este texto de 1233 del Fuero de Alcalá de Henares: “Todo omne de alcala… que uenga ad alcala o aso termino mercar qui non touiere, arenzada derecha, o quartiela o medidas de olio o pesas de cera o de pimienta o medidas de uino o libras de carne o de pescado o media fanega derecha por alpan medir o los salineros al mudeio derecho peche I morauidi alogros fiadores”. Lo preceptivo era que el patrón de la medida lo asignara el rey: “Para vuestro mantenimiento para en cada año, siete cargas de trigo, buen trigo seco e linpio de dar e de tomar […] medido alla medida derecha del Rey (año 1360) . Pero también lo imponía el señor o la iglesia – un monasterio o una catedral – : “Un moyo de pan çenteo de qual ho ouver en la erdade por medida dereyta desta friigesia” (año 1347) y, en mayor medida, los municipios: “… a quatro fanegas la carga, por la fanega derecha de Villalón (año 1327). “… a seys çelemines por hemina, por la hemina derecha del conçejo de Cangas (año 1465). “Et auedes nos a dar en rrenta … çinquaenta estopos de pan … seco e linpio medido por la quarta derecha de Mansiella (año 1327).
2. La medida a la vista de todos
¿Sabías que los canteros del Monte Igueldo, de San Sebastián, labraban las piedras de molino de 1 vara y 1/8 y dicho tamaño estaba grabado en las puertas mayores de la iglesia de Igueldo? El documento que lo constata es de 1567. La vara, el perímetro de la teja o del ladrillo oficiales eran los que más frecuentemente se marcaban en los lugares más transitados como la plaza mayor, en la fachada del ayuntamiento o en el pasadizo del obispado a la catedral de Valencia donde aún puede verse, no sin dificultad, la silueta de la barchilla, medida de áridos.
3. La medida en base 7, sistema septenario: la gorabilla y el amalauoñ
¿Sabías que el número primo 7 está también en la base de ciertas medidas? Así en el País Vasco, la gorabilla es medía longitudinal de 7 estados, cuantificados en 14 pies, múltiplo de siete.
Se usaba la gorabilla para medir las seles, fincas circulares – no en valde gorabilla o borabilla es ‘círculo, redondel’ – y su radio más frecuente era para las seles de invierno de 12 gorabillas o 84 estados y para las seles de verano, la 6 o 42 estados. Repárese en que 84 y 42 son divisibles por 7.
Pero no había uniformidad en las medidas, encontrándose seles con radios de 63 y 126 estados igualmente divisibles por 7. El radio partía de un mojón central de piedra, la piedra cenizal o mojon del fogar o foguera o austerritza, pues se hacía fuego y debajo de ella quedaban las cenizas. La cuerda de 6 o 12 goravillas se tiraba desde el mojón central para marcar en principio los cuatro puntos cardinales que se amojonaban y luego otros cuatro intermedios. El perimetro oficial de las seles de 12 goravillas de radio era de 72, divisible por 7.
Por otra parte y, en relación con las seles del occidente de Guipuzcoa, existe la unidad de medida euskera, amalauoñ, que equivale a dos brazas o estados que resultan 14 pies, y esto mismo significa en la lengua vasca la palabra amalauoñ, hamalau ‘catorce’ y oin ‘pie’.
4. Estado versus estadal
¿Sabías que el estado, antigua medida castellana, venía a equivaler a la altura de una persona? Dicha medida era de dos varas o una braza o seis pies; es decir, 1,66 m de longitud, altura que no siempre era rebasada por mucha gente en la edad media. Esta medida, estado, que deja de usarse pronto en Castilla, hacia el siglo XIV, se ha conservado posteriormente en el País Vasco, junto con braza, brazada como se comprueba por las numerosas publicaciones diplomáticas y municipales de la colección Eusko Ikaskuntza – y no se documenta, como cabría esperar el estadal para medir las fincas, y que se derivó del estado longitudinal. El estadal arrincona a estado ya en la misma edad media en la amplia Castilla. Por otra parte, estado como medida no hay que confundirlo con el estadio latino de 185 m. Hoy día, solamente los más mayores recuerdan el estadal referido a la fanega superficial de 400, 500, 576 o … 600 estadales.
5. La amelga superficial en verde
¿Sabías que la amelga también se ha considerado como una medida superficial sujeta a marco? Un ejemplo de la existencia de esta medida, sin referencia a su extensión, la encontramos en el año 943: “Et adisti nobis super mensuram II abelcas de terra”, Documentacion de la catedral de León (s. IX-X), Salamanca 1981, p. 195. La amelga es también la superficie que marca el sembrador para esparcir la semilla a mano de forma homogénea. La anchura al sembrarla podía ser de seis pasos largos y de una longitud indeterminada, por lo que no se medía superficialmente. Pues bien, en el siglo XX, la amelga en pueblos del occidente toledano del Campo Arañuelo adquiría una superficie siempre que se trataba de tierra con cereal en verde, forraje, destinado a la venta para alimento del ganado. Solamente en este caso se ponderaba la superficie de la amelga bajo 288 varas cuadradas, sacadas de un rectángulo de 12 por 24 unidades. Y 25 de estas amelgas hacían la fanega de 7200 varas cuadradas. En la metrología tradicional es harto frecuente el redondeo de las cifras, como sería el presente caso.
6. El puerco como medida alimenticia
¿Sabías que el puerco es una unidad de medida aplicada a la cantidad de comida que come un cerdo habitualmente por día en la rastrojera y montanera? Pues bien, en ciertos pueblos toledanos, como en Valdeverdeja, 1 puerco era la unidad de medida para formalizar la vara de cerdos que se llevan a la montanera o rastrojera comunales, de tal forma que tres de estos cerdos de tres meses hacían un puerco, mientras que dos medianos uno y la cerda vieja formaba un solo puerco. Aquí podemos decir que es un patrón de medida muy funcional, adjetivo que ha de aplicarse a la medida de antaño y de ahí que el “más o menos” se lea en los documentos ad hoc.
7. Del envase habitual surge la medida
¿Sabías que un principio general de la medida tradicional es que todo envase acaba por convertirse en una unidad de medida? Así la fanega era en principio un saco para transportar tierra, lo mismo que la talega para otros menesteres…. Y ha sido en Galicia donde esta medida talega, tega, ha tenido un mayor desarrollo o uso. Quima, en la Maragatería leonesa, es un saco con una cabida de ocho cuartales. Un carro que transporta el heno segado, ha generado así mismo una unidad de superficie derivada del espacio segado para llenarlo y es en Cantabria donde aún se sigue utilizando esta medida superficial y de magnitudes muy variables por localidades, “Vendo un terreno de 25 carros…”. Hoy día el palet, (“tráeme un palet de cemento y otro de ladrillos”) se ha convertido en una unidad de medida. Los ejemplos se podrían multiplicar.
8. La madera en las medidas longitudinales: la vara, el estadal o palo, la pértiga…
¿Sabías que al estadal, medida de cuatro varas, se la ha denominado también palo, como así se documenta en las respuestas al Catastro de Ensenada (1751-559) en pueblos de Palencia, entre otras fuentes? La celebérrima vara no es medida romana, si bien deriva del latín vara y con significados alejados de la medida. Una rama de árbol de buena madera – avellano, castaño, nogal – ponía al alcance de cualquiera un patrón para salir del paso a falta del patrón de hierro. No deja de ser curiosa esta cita en la que se define la pértiga reglada de Navarra, de madera con su punta de hierro: c 1350 Fuero general de Navarra, edic. 1869, lib. VI, cap. V, p. 124, “Toda piertega de sied (de marco real) deve ser VII cobdos rasos, el ocheno el puyno cerrado en luengo et debe aver en el fiero (hierro) dos libras, en el fust (la madera o palo) de espesura quoanto I ombre puede alcanzar con el dedo somero el polgar cabo el fierro. Et aqueylla piertega sea daveyllano, drecha et lisa et sin corteza, como nasze en el mont. Et aqueilla piertega deven aver pora fazer los prados de los cauayllos e de los buyes. Este ombre que á ha echar la piertega nos deve remeter nin mover el un pie del logar onde lo tiene”. La precariedad hay que tenerla muy presente a la hora de entender la medida tradicional.
9. La medida rasa, la colmada y la apretada con las manos
¿Sabías que la forma de medir los granos ha proporcionado mucha “literatura” en la metrología de todas las culturas? Los golpes en la vasija asentaban el producto, al tiempo que aumentaban la capacidad, al igual que las vibraciones producidas por la rudimentaria maquinaria de los antiguos molinos harineros. En el caso de las avellanas o bellotas, que se solían vender colmadas, influía la boca de la medida empleada, así como el grosor de sus paredes, junto con la verticalidad de las mismas. El colmo de la fanega se llama quinto, medida reglada, y suele ser el 20 % de la medida rasada. Una forma de ser más equitativo era la práctica de medir una vez rasado y la siguiente colmado como obligaban las ordenanzas de Valladolid con la venta de la avena y la cal: “Otrosí ordenamos y mandamos, que cualquier persona que en esta villa vendiere avena, dé la una media hanega raida e la otra colmada” […] “que ninguna persona en esta villa […] venda yeso, ni cal sin medida, y que la cal sea una media anega colmada y otra raida”. Lo cual podía equipararse con lo que era habitual en el monasterio de Guadalupe…“Otrosí, es a saber que cuando el mayordomo manda dar harina a los colmeneros de casa, dámosles la mitad de la fanega apretada con las manos, e la otra mitad asolivianada…. Esta misma regla, se tiene con los criados de casa cuando se casan”. Libro de los Oficios del Monasterio de Nuestra señora de Guadalupe, Badajoz, 2007, p. 308. Esto mismo se observa en Cataluña: : “Item fa, al dit senyor abbat, tres punyeres de forment calcades y curmullades” (rasadas y colmadas), apud Diplomatari del monastir de Santa Maria de Serrateix, J. BOLÒS, 2006, cáp. 420, p. 603, cita de finales del s- XVI. Pero mucho más exigentes eran los frailes del monasterio de Irache que obligaban a los vecinos pecheros de Oteiza a apretar el grano en la medida, el robo, una vez depositado en un montón en el suelo: “… que los mismos labradores acarreasen el grano con sus bestias al monasterio, poniendo el montón en tierra cabo el robo, e el robo inchar con las manos, e estando lleno que le raya el mayoral de los labradores”, extraído del Diccionario de antigüedades del reino de Navarra, J. M. YANGUAS MIRANDA, 1840, v. II, p. 498.
10. La libra de cera
¿Sabías que la libra como unidad de peso aparece una y otra vez en toda la diplomática medieval de las distintas regiones – sea Castila, Galicia o Cataluña , etc… referida exclusivamente a la cera: ”una libra de cera”, “ad festum Sancti Martini libram cere”….? Ello obedece, además de otros motivos, a la importancia que se otorga desde la liturgia cristiana al hecho de alumbrar a los difuntos.
11. Cómo medir la longitud de ciertos peces de río: el jeme y el codo
¿Sabías que el jeme es una medida antropométrica que se define como la distancia que hay desde el dedo pulgar al índice abriendo la mano al máximo? Su forma de horca ha dado origen a que en gallego esta medida se denomine forco y en catalán forc. Pues bien, el adjetivo derivado del nombre, jemal, se aplicaba al tamaño de los peces como leemos en el Fuero Baeza, finales del siglo XIII, edición de J. Roudil, 1962, p. 236, cap. 903: “Los pesces del río uendan se a la libra de la carne. La libra es de XL. e VIII. onças. La libra de las truchas de las xemales fasta en las marcales uendan se por I. soldo e non maes. […] Marcales dezimos siquier las truchas, siquier los barbos, aquellos que oujeren de longuez un cobdo sin la cabeça e la cola el punno encerrado”. Las truchas xemales medían un jeme y las marcales un codo con la mano cerrada en puño. No acabamos de relacionar la palabra codo con el adjetivo marcales cuya etimología desconocemos.
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